Vuestras contribuciones significaron para varias mujeres:
Pakistán, la dura realidad de las mujeres atacadas con ácido.
En Pakistán, un alarmante número de mujeres son rociadas en la cara con ácido en plena calle. Las consecuencias de tan brutal acción son, aparte de unas quemaduras que desfiguran su cara, el total ostracismo. Muchas de estas mujeres son incluso rechazadas por sus familias, y acaban viviendo en la calle. Una ONG local, Depilex Smile Again (DSA) es la única organización que les acoge, les procura cuidados médicos y les brinda una oportunidad de reinserción social. Cuando descubrimos esta dura realidad en 2014, no pudimos hacer otra cosa que contactarles y ponernos a su disposición.
En las posteriores conversaciones que mantuvimos descubrimos que la situación era aún más alarmante de lo que pensábamos. La DSA tiene registradas más de 2.000 mujeres rociadas con ácido en su país, pero estiman que hay aproximadamente unos 2 millones de mujeres que han sido agredidas de esta forma tan brutal.
Con el peso de esta información, y con el firme propósito de ayudar, se iniciaron las gestiones para preparar la que sería la primera expedición de médicos españoles – cargada de dificultades y riesgos, como pronto descubriríamos – a la zona, y que tendría lugar durante la Semana Santa de 2015.
La expedición, formada por los doctores Julio Murillo y Sonia Peña, cirujanos plásticos, y Rafael Hernández, anestesista, acompañados por la voluntaria Lourdes Marías, conocedora del país y pieza clave en la organización logística del viaje, se desplazó hasta Lahore, segunda ciudad más importante de Pakistán, donde miembros de DSA les recibieron y acogieron en sus casas. Una vez mínimamente instalados, y en todo momento acompañados por personal de DSA, se inician las exploraciones a pacientes, para poder valorar y programar los tratamientos.
Concluidas las exploraciones iniciales, y todavía conmocionados por la gravedad de las lesiones presentadas por todas las mujeres que fueron examinadas, se preparó un plan de acción para aprovechar al máximo los días que la delegación aragonesa iba a estar en el país y los escasos medios disponibles.
Nuestro trabajo en Pakistán.
Finalmente se realizaron 15 intervenciones quirúrgicas y otro tantos tratamientos sobre las cicatrices de otras tantas mujeres, alcanzando por lo tanto un total de 30 intervenciones en 5 días.
Pueden parecer muchas intervenciones para tan pocos días, pero la realidad es que nos volvimos con la sensación de que nuestra acción era claramente insuficiente si la comparamos con la gran cantidad de mujeres que necesitan tratamiento, y con la gravedad de las lesiones que presentan.
Operando en esas condiciones fuimos plenamente conscientes de la necesidad de material médico y quirúrgico para poder realizar este tipo de intervenciones. Y nos sobrecogió el nivel del sufrimiento por el que están acostumbradas a pasar estas mujeres para afrontar las lesiones que les deja el ácido en sus rostros.
Volvimos a España con el firme propósito de seguir ayudando a estas mujeres que sufren esta violencia de género tan brutal, y tal cual llegamos de vuelta a nuestro país, empezamos a organizar la expedición 2016. Para las mujeres Pakistaníes atacadas brutalmente con ácido es importante no sólo recibir asistencia médica, sino también intentar reincorporarse a la sociedad, a pesar de las secuelas tan graves que padecen, y de ese modo dar visibilidad a ese terrible problema, que hasta hace poco no era ni siquiera considerado crimen en su país.
Hemos adquirido este compromiso, personalmente y como Fundación, porque una vez que sobre el terreno vives su realidad, es imposible no reaccionar, no movilizarse, no unirse a la lucha contra esta atrocidad.
Nuestro propósito es volver y trasladar el material médico necesario para tratar las secuelas que el ácido ha dejado en sus rostros. Es un material muy específico para pieles quemadas – expansores y piel artificial fundamentalmente – pero también queremos llevar fármacos para nosotros habituales a los que allí no tienen fácil acceso, como analgésicos, antibióticos o antiinflamatorios.
Con vuestra ayuda, esperamos devolver la dignidad, y la sonrisa, a cuantas mujeres podamos, y poner nuestro granito de arena para que estas atrocidades, totalmente incomprensibles en pleno siglo XXI, se conozcan y se erradiquen totalmente. Por ellas. Por nosotras. Por todos.
¡Muchas gracias!